Jornada volkswagen

Muy temprano dejé la Ciudad eterna para volar un poco más al norte. El vuelo con escala en Milán. - no ví a Iván ramiro por ahí - fue muy bueno. Después sobrevolamos Los Alpes. La nieve y lo inmensas de esas montañas me tuvieron como niño chiquito pegado a la ventanilla hasta que me dormí, es decir como a los 6.7 minutos.... je je.

Cuando el capítaln avisó que empezabamos a descender, al mirar por la ventanilla, solo nubes, nubes, nubes, depronto un claro... y se veián solo campos llenos de nieve, ¡había nevado! Y cuando llegamos al aeropuerto, el encuentro entre la nieve y yo, fui singular. Hacía 32 años que no nos topábamos, se podrán imaginar mi alegría, ella permaneció seca, blanca y humeda.

La llegada fue como rara. Mi cerebro no captaba que aquí no entiende nada. Que todo es extraño y que es difícil comunicarse. Me dio como un shock de nervios, de ansiedad, de miedo. Me sentía en un lugar muy muy extraño y en serio me dio miedo. Nunca antes había tenido esa sensación de inseguridad. Sudaba, se me secó la boca, fue horrible. Cuando llegué al hotel, gracias a mi precario inglés - oigan saber inglés en serio que es necesario - , me encerre en la habitación y seguia muy angustiado...., empece a buscar mapas, google maps, google earth, etc, etc y pronto empece a ver mejor... a la hora y media se me paso el miedo, ese miedo extraño indescriptible y salí a conocer.... y bueno, me encontre con una ciudad maravillosa, muy ordenada, muy limpia, muy amable (aunque no entienda nada), con un transporte público impecable.... mucho frio, bastante sol pero que no calienta, solo alumbra y unas rafajas de viento que entrán hasta el fondo, y de vez en cuando traen nieve. ¡wao!